El domingo tuve esa suerte que se da de vez en cuando de tocar un concierto exclusivamente con amigos y familia muy cercanos. En la fantástica capilla gótica del Florinshof en Mendig (Renania-Palatinado), toqué uno de los magníficos tríos de cuerda de Schubert y el Cuarteto con trompa de Amon, junto a la violista Rosa San Martín, mi marido el trompista Christian Schmitt, y Werner Schmitt al violoncello; se trataba de un concierto benéfico para recaudar fondos para el programa educativo Mus-E, puesto en marcha por Werner Schmitt y Yehudi Menuhin en 1994 y que está en marcha en 12 países, afectando a 12.000 niños. ¡Espero que entre el público aparecieran nuevos patrocinadores para apoyar el desarrollo del programa en la zona!
Y de Alemania corrí de vuelta a Suiza para coger un vuelo a Madrid… para ensayar arias y oberturas de zarzuela barroca (Nebra, Martín y Soler, Hita, Boccherini) con La Madrileña-José Antonio Montaño, que tocaremos mañana en la Real Maestranza de Caballería de Ronda. Después ya sólo queda una Pasión de Bach (¡sí, en pleno julio!) y me habré ganado unas buenas vacaciones…
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