El recital de hoy nos propone un viaje en el tiempo por el gran repertorio del violín y el piano iniciado por la primera de las Sonatas y partitas de Bach para violín solo (ca.1720), temprana y bellísima cumbre de la exploración polifónica en un instrumento esencialmente monódico.
Escucharemos dos hitos de la música romántica francesa para violín y orquesta: por un lado, la Introducción y rondó de Saint-Säens, de ambiente español, compuesta para un Sarasate de 19 años y que exige gran dominio de las posibilidades virtuosas del instrumento y el arco; por otro, la obra más popular de Chausson -concebida para otro gran violinista, Eugène Ysaÿe- cuya intensidad dramática tuvo inspiración en la novela El canto del amor triunfante de Iván Turgénev.
El Valle de Obermann pertenece al primero de los tres Años de peregrinaje (1855), que Liszt dedicó a Suiza. Está inspirado en poemas de Lord Byron, pero fundamentalmente en el personaje principal de una novela de Senancour, que busca en los montes Jura un valle en que retirarse del mundo.
Ilustre violinista, compositor e impulsor de la vida musical española, Monasterio compuso buen número de piezas de salón de las que Adiós a la Alhambra (1855) fue la más difundida en Europa gracias a su característico empleo de elementos de inspiración nacionalista y a su referencia al monumento, doblemente romántico por su pasado tanto medieval como oriental.
Prokofiev escribió su Sonata nº 1 en 1909. De inspiración post romántica y reminiscencias de Tchaikovski, no es una obra representativa del estilo personal que el autor desarrollaría después pero sí de su enorme capacidad como pianista, pues fue él mismo quien la estrenó, descartando más tarde dos de los tres movimientos que inicialmente la componían.
Irene Benito
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