Esta mañana me ha costado lo indecible salir de la cama, después de la intensa tarde que pasé ayer en el Conservatorio de Torrelavega hablando del tratado de Leopold Mozart y dando clase a los alumnos de violín y viola de los últimos cursos. Fue un gusto encontrarme con mis antiguos compañeros y con alumnos a los que pude ver crecer en sus primeros años con el instrumento, y ver cómo ha subido su nivel en estos últimos años. Confío en haberles espoleado un poco en su creatividad a la hora de estudiar, su curiosidad musical y sus preguntas a la hora de interpretar repertorio barroco y clásico.
Dejo aquí una foto de la charla sobre Leopold Mozart. Parece que estoy enfadada, pero creo que sólo acababa de lanzar una pregunta al aire…
Muchas gracias, Irene, por tu trabajo de ayer.
Los alumnos han quedado espoleados,leopoldados y encantados, como no podía ser de otra manera.
Te esperamos de nuevo cuando quieras y puedas
Un abrazo
¡Encantada quedé yo! Por decreto incorporo el verbo “leopoldar” a mi vocabulario habitual. ¡Abrazos!