Este año, en el Conservatorio de Toulouse, vamos a desarrollar gran parte del trabajo «musicológico» en torno a las obras sobre el texto del Magnificat, por lo que con toda seguridad hablaré de él a menudo. Lo primero que he hecho, para situarme -y para sacar del baúl de los recuerdos mi diccionario de latín- ha sido traducirlo. Aquí está el texto latino:
Magnificat anima mea Dominum.
Et exultavit spiritus meus in Deo salutari meo.
Quia respexit humilitatem ancillae suae.
Ecce enim ex hoc beatam me dicent omnes generationes.
Quia fecit mihi magna qui potens est.
Et sanctum nomen eius.
Et misericordia eius, a progenie et progenies timentibus eum.
Fecit potentiam in brachio suo.
Dispersit superbos mente cordis sui.
Deposuit potentes de sede: et exaltavit humiles.
Esurientes implevit bonis: et divites dimisit inanes.
Suscepit Israel puerum suum, recordatus misericordiae suae.
Sicut locutus est ad patres nostros, Abraham, et semini eius in saecula.
Gloria patri, et filio, et spiritui sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen.
Y aquí, la «proeza»:
Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador
que ha vuelto los ojos hacia la humildad de su sierva.
He aquí en verdad que desde ahora me llamarán bienaventurada todas las
generaciones
puesto que me ha hecho noble quien es poderoso:
y santo es su nombre.
Y su misericordia se extiende de época en época sobre los temerosos de él.
Ha puesto el poder en su brazo,
ha dispersado a los soberbios,
ha depuesto a los poderosos de sus tronos y ha exaltado a los humildes,
a los hambrientos ha colmado de bienes, y ha despachado a los opulentos con las
manos vacías.
Al recordar su misericordia, ha socorrido a su hijo Israel,
tal como había prometido a nuestros padres, Abraham y su descendencia, a través
de los siglos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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